El Gestor Empresarial en la administración de riesgos de fraude

Capacita

Hoy en día, las empresas (clientes y empresarios) conviven con las nuevas formas de hacer negocios, ya sea por temas tecnológicos o de globalización donde se puede tener múltiples operaciones en tiempo real en distintas plataformas y en diversos lugares del planeta.

Esto conlleva a tener que obtener una visión más amplia en el conocimiento del negocio y de nuestros clientes, empleados, alta dirección, accionistas, entre otros, para prevenir y evitar cualquier error o irregularidad en las operaciones cotidianas de la empresa.

Esta dinámica nos lleva a pensar en los riesgos naturales (inherentes) que trae el negocio y el ambiente actual en el que se desarrollan. Nueva competencia, redes sociales, monedas extranjeras, productos de diversas calidades en el mercado de competencia, entre otras.

El riesgo tenemos que definirlo como la probabilidad de que ocurra algún acontecimiento que nos impacte e impida o dificulte alcanzar las metas y objetivos, pueden ser personal o empresariales.

Cuando hablamos de riesgos de fraude, el enfoque sigue siendo el mismo, sin embargo, se hace énfasis, a que el impacto después de cuantificarlo, ninguna empresa está dispuesta a que se comenta un fraude.

Hay que considerar que, la creatividad en los esquemas de fraude, es una característica del defraudador, así que los riesgos de fraude en los procesos de la empresa, deben ser vistos desde varias ópticas para poder entender el grado en que la compañía se encuentra expuesto y poder implementar controles innovadores que permitan disuadir y prevenirlo. El Gestor Empresarial debe estar alertas con los riesgos de fraude y deben enfrentarlos de manera directa con acciones. El Gestor debe considerar estas acciones desde la planificación del negocio, todo el ámbito organizacional, la toma de decisiones y las gestiones suficientes para proporcionar una seguridad razonable de que la empresa administra los posibles riesgos de fraude.

El Gestor Empresarial dentro de sus planes debe contemplar el evaluar continuamente aquellos riesgos de fraude que pueden irse generando en la marcha del negocio. Y como parte de la gestión gerencial, debe haber un plan actualizado continuamente que estipule:

  • El conocimiento del negocio,
  • El reconocimiento a los riesgos de fraude existentes así como su mapeo organizacional de éste,
  • Los planes de acción para su prevención y disuasión (actividades de control antifraude conforme a las mejores prácticas internacionales), y
  • Protocolo de actuación para la organización en caso de concretarse el riesgo de fraude
Cada una de las anteriores deben estar debidamente por escrito, formalizadas y autorizadas por el más alto nivel de la organización; asimismo debe tener claro el Gestor Empresarial que debe acompañarse de profesionales expertos sean internos o externos de la organización, para manejar los temas de prevención, disuasión o incluso cuando si tiene indicios de que se ha cometido el fraude, por investigadores certificados en auditoría forense, ya que existen normas y técnicas específicas para la implementación de procedimientos de auditoría forense, manejo y custodia de evidencias en el caso de fraudes organizacionales.

Por último, el gestor empresarial enfrenta nuevos retos hoy en día, sin importar los años del negocio, ha cambiado la atmósfera en que se desarrollan, lo que ha provocado que el entorno a los riesgos de fraude vayan cambiando, por eso, debe estar continuamente en capacitándose y capacitando al personal de la empresa, trabajar en equipo con el departamento de auditoría interna, integrar tecnologías a los procesos y repasar continuamente los puntos mencionados anteriormente para la prevención, disuasión y detección de fraudes en la empresa.

Artículo de Carlos Alejandro León González
MA, MEPP, CPC, PCCA, CFE, CRMA, CGAP, CFP

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