En la actualidad la humanidad esta viviendo un momento de grandes cambios. Estamos en un momento de la historia donde llegamos a un punto de quiebre, uno de gran disrupción. Esto implica que la manera de hacer las cosas está cambiando aceleradamente. Estos son los inicios de una nueva revolución industrial. La cuarta revolución la cual denominaremos la Revolución 4.0.

La revolución 4.0 es la revolución de la digitalización. Esta revolución nos está proviendo una gran cantidad de tecnologías como lo son la interconectividad, la analítica y minería de datos, automatización y robótica, inteligencia artificial, etc. Todo esto puede sonar muy futurista, pero es nuestra realidad, son cosas que ya están en nuestra cotidianidad. A nivel de ejemplo esto lo podemos ver cuando en nuestros trabajos tenemos reuniones virtuales o tomamos decisiones con gráficos analíticos. Es importante que lo tengamos muy claro como individuos, para así adaptarnos a este nuevo ecosistema 4.0, con el fin de ayudar a acelerar esta transformación digital en nuestras organizaciones.

Sin ninguna duda el factor clave de esta aceleración en la digitalización que hemos experimentado en el pasado 2020 y este 2021 se debe a la pandemia del COVID-19. Saadia Zahidi, directora gerente del Foro Económico Mundial explico: «La COVID-19 ha acelerado la llegada del futuro del trabajo». Esta apreciación de la señora Zahidi la podemos ver reflejado en nuestro quehacer profesional del día a día donde conforme pasa el tiempo usamos más herramientas digitales para facilitar y automatizar nuestro trabajo.

Además de la digitalización, el COVID-19 nos heredó una recesión económica global, donde especialmente ha golpeado con gran fuerza a Latinoamérica y Europa. Esto implica que vivimos tiempos donde los recursos en las organizaciones son escasos. Esta situación ha ocasionado la perdida de millones de trabajos y cierres de decenas de miles de empresas alrededor del mundo. Donde muchas organizaciones actualmente luchan para continuar su operación a pesar de las dificultades para realizar negocios en un ecosistema pandémico. Muchas abogan a la optimización operativa, punto clave en estos tiempos para sacarle provecho a los escasos recursos disponibles en las organizaciones.

Llegando a este punto, nos damos cuenta de que el costo de Fraude puede implicar un riesgo muy grande para la sobrevivencia organizacional. Según el informe de Naciones 2020 de la Association of Certified Fraud Examiners (ACFE) el costo de fraude implica el 5% de los ingresos de las organizaciones. Este costo puede llegar a reflejarse en un 10% a 25% de los resultados financieros de un periodo. En tiempos de recursos escasos eso puede implicar lo siguiente:

Sector Privado: No continuidad del negocio y perdida de empleos…
Sector público: Deterioro de programas de salud y sociales, por ende vidas….

Debido a estos 2 puntos es clave que organizaciones busquen medidas como la implementación de una Línea Ética o Canal de denuncia, donde con una baja inversión, pueden llegar ahorrarse el 50% de este costo de fraude según ACFE.

La pandemia esta obligando a muchas organizaciones a buscar medidas mitigatorias contra el fraude por sobrevivencia corporativa o institucional. Como punto de disrupción de la historia de la humanidad esta situación se esta convirtiendo en una gran oportunidad para transformar nuestra sociedad en un lugar mas ético, honesto y justo…

SHOGUN le ofrece una línea ética complemente digital que le apoyara a su organización a mitigar el costo de fraude con tecnología de punta.